LA ESCULTURA DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

LA ESCULTURA DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

Los rasgos definitorios primordiales del arte escultórico durante la primera mitad del siglo XX fueron la pérdida de la condición figurativa y, a través del amplio abanico de opciones abierto por las sucesivas vanguardias, la aproximación al concepto de obra de arte de cualquier objeto tridimensional, convenientemente sometido a la acción o a la interpretación del creador.

1- LAS VANGUARDIAS HISTÓRICAS

El espíritu rupturista de las denominadas vanguardias históricas, que revolucionaron el mundo del arte durante las primeras décadas del siglo XX, reavivó el interés por la escultura, que había permanecido en segundo plano en épocas anteriores.
A este respecto cabe destacar como primera línea evolutiva la de los escultores cubistas, futuristas y constructivistas:

1.1- Cubismo: a fines de la primera década del siglo Pablo Picasso (1881-1973) y George Braque (1882-1963) crearon el cubismo. El propio Picasso aproximó pintura y escultura a través de la técnica del collage y desarrolló después su obra escultórica, fundamentalmente en hierro. Otros artistas que, desde diferentes perspectivas, aplicaron los preceptos cubistas a la escultura fueron Alexandre Archipenko (1887-1964), Jacques Lipchitz (1891-1973) y Pablo Gargallo (1881-1934). En la obra de todos ellos se percibe la articulación de planos y la síntesis de formas propias del cubismo.

1.2- Futurismo: la escultura del futurismo italiano aportó dinamismo y percepción de movimiento a los principios cubistas de descomposición de perspectivas. El más destacado escultor futurista fue Umberto Boccioni (1882-1916).

1.3- Constructivismo: los escultores del constructivismo ruso adoptaron preceptos semejantes, aunque orientados hacia el maquinismo y el uso de materiales industriales. En esta corriente sobresalieron Anton Pevsner (1886-1962) y Naum Gabo (1890-1977). 

2- DADAÍSTAS Y SURREALISTAS

El anti-arte planeado por los dadaístas y la valoración del trasfondo psicológico de los objetos y las formas de los surrealistas dieron lugar a creadores de importancia capital para la evolución escultórica del siglo XX. Entre estas figuras destacan las siguientes:
Marcel Duchamp (1887-1968) revolucionó el mundo de la escultura al presentar como obras de arte, en la década de 1910, una serie de objetos de la vida cotidiana. Sobresale por su espíritu transgresor su célebre Urinario (1917).
Kurt Schwitters (1887-1948) fue, junto a Duchamp, el otro gran exponente de la escultura dadaísta. Alcanzó su mayor dimensión creativa trabajando con materiales toscos y de desecho, a partir de los cuales obtenía piezas de notable belleza.
Alberto Giacometti (1901-1966), aportó una personal interpretación del surrealismo a partir de sus longilíneas imágenes, la mayoría de ellas en hierro.
Jean Arp (1887-1966) y Joan Miró (1893 -1983 ) realizaron una obra escultórica afín, resultado de una refinada interpretación de las formas desde postulados surrealistas.
Cabe citar, por último, al rumano Constantin Brancusi (1876-1957), en cuya obra convergen los principios escultóricos clásicos, refundidos en clave de vanguardia, aunque sin vinculación a un movimiento concreto.