LA PINTURA NEOCLÁSICA. JACQUES LOUIS DAVID.

LA PINTURA NEOCLÁSICA. JACQUES LOUIS DAVID.


El cansancio formal, y una nueva ideología revolucionaria pondrán fin al dominio del arte barroco y rococó, identificado con el Antiguo Régimen y con la aristocracia. La Revolución (Francia, 1789), buscará en la antigüedad clásica su inspiración política y también artística.

El redescubrimiento de la Antigüedad Clásica se hará a través de hallazgos arqueológicos, como el de Pompeya em 1748 y Herculano (1719), y de autores y obras como Winckelmann (“Historia del Arte de la Antigüedad) o Lessing (“Laoconte”). Las obras y textos que hacen referencia en la antigüedad serán fuente de estudio en las Academias.

Se crea un nuevo estilo buscando la serenidad de las formas clásicas. Pesará la falta de referentes pictóricos grecolatinos, por lo que se inspirará en la pintura decorativa de los murales encontrados en Pompeya y Herculano, en los relieves de la Antigüedad (efectos de composición y perspectiva) y en las esculturas clásicas (predominio del dibujo y del volumen).

Cuando el teórico y pintor Anton Rafael Mengs quiso llevar las teorías neoclásicas a la pintura, creó en el techo de una de las estancias de la Villa Albani en Roma lo que podría considerarse un manifiesto de este recién nacido clasicismo. En su “Parnaso” (1761) renunció a los efectos coloristas y de composición del Barroco para realizar una pintura donde sobresalía la razón y la simetría. El resultado es una obra que recuerda a los relieves antiguos. La arqueología dio lugar a pinturas que seguían los ejemplos de la Antigüedad, pero también se produjo una vuelta a los tradicionales maestros de la pintura: Rafael, Corregio, Carracci o Poussin.

Todo ello generó una pintura ecléctica, en la que se prescindía de lo superfluo para destacar la importancia del tema. Se intentará regenerar una sociedad mostrando las virtudes ciudadanas que se interpretaban a través de temas sacados de la literatura clásica. Los temas de los cuadros hacen alusión a hechos históricos y aleccionadores, aunque no forzosamente debían ser antiguos. En síntesis, el Neoclasicismo no fue un estilo inspirado, sino imitador de la Antigüedad Clásica, de ahí los temas históricos y mitológicos. Abundan los desnudos al estilo griego y las poses grandilocuentes y frías, teatrales, muy estudiadas y académicas. Es un arte lleno de normas, donde lo importante es el dibujo, mientras el color se considera secundario. Normalmente se huye del movimiento y, cuando está presente, parece congelado, estable y predecible.

El máximo representante de la pintura neoclásica es el francés Jacques Louis David. La singularidad de este artista se impuso por encima de los artistas contemporáneos quizás por su implicación de activista revolucionario en tiempos de Robespierre y de pintor cortesano bajo el Imperio de Napoleón. David se forma en el taller de Boucher (Rococó), quien pronto descubre su facilidad para el dibujo, razón por la que le encamina al taller del pintor académico Vien


Ni uno ni otro serán decisivos para la formación de David. Será su paso por Roma lo que le influya, el conocimiento directo de las ruinas y de los grandes maestros italianos del siglo XVII. Cultivó la pintura de tema clásico, inspirada en los relieves grecorromanos, de los que copió la simetría, la falta de profundidad y la ordenación en figuras paralelas.

Su obra más conocida fue “El Juramento de los Horacios” (1784), considerada posteriormente como el manifiesto del neoclasicismo pictórico. En él describe el juramento de los tres hermanos Horacios delante de su padre para luchar por Roma frente a los tres hermanos Curiaceos. Es una obra moralizante inspirada en la Historia de la antigua Roma y en su obra teatral de Corneille “Los Horacios”, donde enaltece el amor por la patria y el sacrificio individual. También formalmente deriva del mundo romano. En la composición se presenta con claridad dos grupos distintos: el de los Horacios, dispuestos en paralelo según la técnica del relieve romano, el del padre que da las armas, y el grupo de las mujeres cuya desolación contrasta con la actitud arrogante de los protagonistas. Todo tiene un carácter teatral, con la arquitectura del fondo en arcos de medio punto y columnas dóricas marcando la perspectiva. El elemento cromático está subordinado al dibujo y al modelado escultórico de las formas. Se trató del primer encargo oficial de David por parte del primer ministro de Bellas Artes consiguiendo el máximo reconocimiento por ella en el Salón francés.
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En “El Rapto de las Sabinas” muestra el afán conciliador de éstas entre los romanos y las sabinas. Pintado después del Directorio (1799), en él hace un llamamiento a la reconciliación de Francia. Desdeña el movimiento. En lugar de resaltar el momento del rapto, como hubiera hecho un pintor barroco, opta por el afán pacificador.


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Cuando estalló la revolución, David se apartó totalmente de la política. Nombrado superintendente de Bellas Artes, suprimió la Academia y sometió el arte a una dictadura personal. Se mostró enemigo implacable del arte rococó. De este periodo destacan “El Juramento de la pelota” y “La muerte de Marat” en la que se impone la fuerza de la emoción por encima del clasicismo. Presenta la muerte del héroe en un tono sobrio y sereno, eliminando todo lo accesorio y primando la austeridad.



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Cuando Napoleón llegó al poder, David fue nombrado pintor de Cámara (1804-1816). Respondiendo a la petición de su emperador, se dedicó a la creación de un nuevo estilo imperial, ejemplo perfecto del cual es la “Coronación del emperador”, en un marco de lujo inherente a la corte. Representa el momento en el que el nuevo emperador se dispone a coronar a Josefina en presencia del Papa. Es una galería de retratos de personajes con una composición que se transforma en fastuosa y abigarrada y con tonalidades cálidas.

Como Napoleón cayó, David fue desterrado y murió en Bruselas en 1825. La vida y la obra de este pintor, legitiman la relación entre la pintura neoclásica francesa y la Revolución.