LA ARQUITECTURA DEL CINQUECENTO: BRAMANTE, MIGUEL ÁNGEL Y PALLADIO

LA ARQUITECTURA DEL CINQUECENTO: BRAMANTE, MIGUEL ÁNGEL Y PALLADIO

1- ARQUITECTURA DEL CLASICISMO:

Le tocará resolver dos tipos de edificaciones separadas por su destino religioso o mundano. De un lado, culminar templos iniciados en estilo gótico agregándoles la cabecera o construidos de nueva planta donde por elección estilística se adoptarán planos centrados adecuados a la coronación cupular. De otro lado palacios urbanos de magnificencia con el nivel social de los comitentes o villas suburbanas de recreo abiertas a jardines.

2- ARQUITECTURA MANIERISTA:

Refinada, compleja y caprichosa en el uso, y hasta en el juego de reglas clásicas, crea unos espacios en los que el espectador se sorprende por los efectos contrarios que se consiguen con elementos a los que se está acostumbrado. Se utiliza la sucesión de efectos, el uso libre de elementos y proporciones, y una decoración que llega a veces al capricho y lo extravagante y pone de manifiesto la capacidad, la inventiva y el ingenio de los arquitectos.

3- DONATO BRAMANTE (Urbino, 1442- Roma 1514)

Formado en Urbino, en la corte de Federico de Montefeltro, va a unir la influencia de Piero della Francesca en lo que a conocimiento de la perspectiva y a clasicismo racional se refiere, con el profundo conocimiento de la arquitectura florentina de Brunelleschi y de las experiencias de Alberti en Mantua.

En 1480 entró a participar en la renovación de Milán promovida por Ludovico Sforza, coincidiendo ahí con Leonardo, con quien intercambiará ideas y experiencias que serán el germen de un clasicismo normativo y universal. Sus obras milanesas están presididas por el ideario de los edificios de planta centralizada: Santa María presso San Sátiro (1482) y Santa María de las Gracias (1490), donde experimenta por primera vez con el espacio central a gran escala al incorporar al espacio longitudinal ya existente (tres naves góticas de crucería), una monumental área de dimensiones desconocidas hasta el momento en Lombardía, de planta cuadrada con ábsides semicirculares en los extremos y lo cubre con una gran cúpula sobre pechinas levantada a gran altura por un tambor.

Bramante abandona Milán tras la ocupación francesa de 1499 y es llamado por el papa a Roma, donde reelabora sus experiencias anteriores con el estudio directo de las ruinas, pasando a convertirse en el auténtico creador del Clasicismo en arquitectura: tendrá a partir de ahora un estilo solemne, presidido por la potencia del orden toscano y sin ninguna concesión ornamental. Bajo estos principios realiza el “Claustro de Santa María de la Paz” (1500) y el “Templete de San Pietro in Montorio” (1503). Esta última obra es en monumento costeado por los Reyes Católicos de España para enaltecer el lugar donde la tradición cristiana fija la Crucifixión del primer Papa.

San Pietro in Montorio supone la concerción del ideal bramantesco, atendiendo a un edificio de planta central rematada en limpia cúpula sobre tambor. Consta de dos pisos al incluir, bajo el suelo del patio, una cripta circular que cubre la roca del martirio del Apóstol, y sobre ella un edificio cilíndrico levantado sobre una escalinata y un ligero podio, rodeado por una columnata de 16 columnas de orden toscano con triglifos en el friso y metopas con bajo relieves alusivos a la vida de San Pedro. Se inspira indudablemente en los tholos griegos, o en los más cercanos templos romanos circulares. El cilindro adopta por encima de la balaustrada aspecto de tambor con ventanas abiertas o ciegas y termina en cúpula semiesférica rematada por una cruz. El templete produce a pequeña escala impresión de monumentalidad clásica, en la que los antecedentes grecorromanos se sueldan armónicamente con la conmemoración cristiana.

Nombrada en 1504 por Julio II inspector e ingeniero de todas las fábricas pontificias, Bramante hizo desde este puesto tres encargos: la ampliación del Palacio Vaticano, la construcción del nuevo templo de San Pedro, y el trazado de avenidas que bordean el Tíber.

En el Palacio de los Papas pudo dar expresión a un proyecto de gran amplitud. Consistía en unir la residencia de invierno con el Palacio del Belbedere utilizado como pabellón de verano. Ambos edificios están separados por 300 metros en declive, y esa pendiente le sirvió para articular un conjunto suntuoso. Inspirándose en las villas romanas y sus parques en terraza, construyó un patio inferior, previsto como escenario de torneos, y dos jardines superiores a los que se accede por escaleras monumentales, donde fueron colocadas las estatuas antiguas que iban apareciendo, presididas por el Laoconte. Luego cerró las alas del rectángulo con galerías de tres pisos, basándose en la ordenación del Coliseo, y dispuso en el frente principal una exedra o nicho. El acondicionamiento de este espacio lo convertirá en maestro de la perspectiva arquitectónica.

El empeño de dotar a la basílica paleocristiana de San Pedro y reconstruirla de acuerdo con la grandiosidad de los nuevos tiempos, se debe a Julio II, animado por idea de su propia muerte. El Papa quiere asociar su mausoleo con el Apóstol, y el 18 de abril de 1506 bendice la primera piedra de la que iba a ser la construcción más importante del siglo XVI. Bramante realizó un proyecto que nunca llegó a realizarse, pero que constituye la expresión suprema de su talento. Los planos originales conservados muestran el diseño de un edificio de planta central: cruz griega inscrita en un cuadrado, gran cúpula en el centro, ábsides semicirculares en los ejes y cuatro torres en los ángulos. En el espacio central se alzaría sobre pechinas un alto tambor, rodeado externamente por una columnata, capaz de elevar a gran altura con diámetro de 40 metros la cúpula, asimismo con otra columnata menor rodeando la linterna. Esta estructura era muy distinta a la habitual de cruz latina, símbolo de la pasión de Cristo. El esquema centralizado de cruz griega, alberga bajo el firmamento de la enorme cúpula a la Asamblea de los cristianos: la Ecclesia universal.

Poco después, iniciados los trabajos, murió Julio II en 1513 y el año siguiente Bramante. La dirección de las obras de San Pedro pasarían a manos de Rafael, quien intentó acomodarla al sistema de cruz latina. Cuando Miguel Ángel se ocupó de ella, volvió al esquema central bramantesco, si bien la cúpula definitiva abandonó la hermosa galería de columnas del tambor.

Da idea del grandioso proyecto irrealizado, la Iglesia de la Consolación de Todi, en Umbría, levantada según este diseño de Bramante.

4- MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI (Capresse, Arezzo, 1475- Roma, 1564)

Después de su espectacular irrupción en la escultura clasicista y lograda la fama con “La Piedad del Vaticano”, “El David” y el “Moisés”, la primera de una maravillosa idealización neoplatónica, y las dos últimas de temperamento dinámico y orgulloso, Miguel Ángel ya estaba inmerso en una decisión anticlásica y anormativa cuando concibió “Los esclavos” del sepulcro de Julio II. Con este ánimo transformador emprende sus primeras tareas de arquitecto.

  • FACHADA DE LA IGLESIA DE SAN LORENZO

La Iglesia de San Lorenzo fue un templo patrocinado por la dinastía de los Médicis y construido por Brunelleschi. Miguel Ángel acude al concurso convocado por León X, el pontífice hijo de Lorenzo el Magnífico, para cambiar la fachada de la Iglesia. Lo ganó imponiéndose a competidores como el propio Rafael, pero no llegó a hacerse realidad y solo lo conocemos por dibujos y por una maqueta. Fue concebida como escaparate para futuras esculturas y relieves. Es una pantalla que no responde a la organización basilical interior. Tienen una retícula ortogonal de tramos anchos arropados por otros más estrechos. Alterna frontón triangular con otros arqueados.

  • SACRISTÍA NUEVA DE LA IGLESIA DE SAN LORENZO

En 1520, León X se la encarga para que sirviera de Capilla funeraria a cuatro miembros de la familia Médici. Entre ellos su padre, Lorenzo “el Magnífico” y su tío, Giuliano, y sus descendientes, Lorenzo II, duque de Urbino, y Giuliano, duque de Nemours. La prematura muerte del papa al año siguiente provocó que solo se hicieran los dos últimos. Para no distorsionar la simetría, admitió en planta el sistema de Brunelleschi de dos cuadrados en comunicación por un arco de medio punto, uno pequeño destinado al altar y otro mayor donde se colocarían los sepulcros. Bajo la cúpula, ventanas trapezoidales imponen ópticamente una más acusada verticalidad, dando al recinto un ambiente funerario enrarecido. Iniciada en 1520, el conjunto se acabó en 1532.

  • BIBLIOTECA LAURENCIANA. Florencia.

Es la construcción agregada al conjunto de San Lorenzo por encargo de Clemente VII en 1524. Concibió el conjunto en dos espacios, cuadrado el vestíbulo, y otro rectangular más elevado sobre el suelo, la sala de lectura, en la que el artista diseña tanto la estructura de las paredes, techo,  pavimento y pupitres. El vestíbulo dispone de una novedosa escalera en tres rampas que se convierten en una al acceder a la puerta del salón. Aparecen los estípites de anticlásico equilibrio, frontones que se quiebran, ventanas ciegas y estrechas.

Tras este capítulo arquitectónico florentino, Miguel Ángel desarrollará más tarde en Roma otro trascendental trabajo y una importante tarea urbanística, destacando la construcción definitiva de la basílica de San Pedro.

  • PLAZA DEL CAPITOLIO (1546)

Hace una nueva ordenación de la misma. Esta plaza era el centro histórico de la vieja Roma donde se alzaba el templo de Júpiter Capitolino y el Tabularium, archivo del Estado romano desde la dictadura de Sila.

Colocada en el centro la estatua ecuestre de Marco Aurelio, dispuso ante el Palacio Senatorio dos fachadas gemelas oblicuas (del Museo Capitolino y el Palacio de los Conservadores). Lograba así dar mayor anchura visual al recinto con esa divergencia trapezoidal, incrementada con la decoración ovoide del suelo. Aunque en ambos edificios mantuvo la horizontalidad, ésta se contrarrestaba con las pilastras de origen gigante que le da al conjunto un empuje vertical.

  • PALACIO FARNESIO

Concluyó este espacio iniciado por Antonio de Sangallo. En la fachada reformó el balcón central con un potente escudo, terminó la saliente cornisa y al patio añadió la tercera planta de ventanales peraltados muy manieristas.

  • BASÍLICA DE SAN PEDRO

Es la obra cumbre que el genio de Miguel Ángel proporcionará a Roma como cabeza de la catolicidad. En 1546 el papa puso en manos de Miguel Ángel la conclusión de tan importante empresa. El artista volvió al antiguo proyecto que hizo Bramante de planta central, ahora con una  sola entrada principal y reforzó los pilares del crucero para sostener una grandiosa cúpula sobre tambor. El sistema de equilibrio exigido por la cúpula también coincide con la solución bizantina de contrarrestarla con cuatro cúpulas menores tras los pilares con lo que se disponían naves en planta cuadrada en torno al espacio central. La cúpula miguelangelesca es la cima por excelencia de todo el Cinquecento.

Mientras levantaba la basílica vaticana, Miguel Ángel realizaba otras obras romanas como la “Iglesia de San Juan de los Florentinos” y la “Porta Pía”, ejemplo perfecto de su postrero mensaje manierista.

5- ANDREA DI PIETRO DELLA GONDOLA, PALLADIO (1508-1580)

El “palladio” era la imagen de Palas Atenea que se veneraba en Troya y que, tras la destrucción de la ciudad, fue llevada a Italia por Eneas. Andrea recibió ese nombre en alusión a la sabiduría y armonía grecorromana que hacía revivir en sus obras.

Palladio codifica y universaliza las formas y el lenguaje clasicista: sentido del orden, proporción, su labor teórica, gran conocimiento de la Antigüedad, y la adaptación de las formas de la Antigüedad, y la adaptación de las formas de la Antigüedad clásica a las necesidades modernas. Pero también, y debido a la época en que trabaja, no es ajeno a las aportaciones de la nueva sensibilidad manierista.

Tras una etapa como cantero y escultor en Padua, se traslada a Vicenza. Allí renovará la imagen urbana de la ciudad.

  • “BASÍLICA” O “PALACIO DE LA RAZÓN”

Era un edificio gótico de planta trapezoidal. En 1549 gana el concurso para revestirlo con una envoltura pétrea. Dispuso en torno a las cuatro fachadas una armoniosa envoltura de pórticos en dos plantas: el piso de abajo de orden toscano, y el alto jónico. Estas fachadas se forman a partir de la repetición seriada de un módulo, que ha pasado a la Historia del Arte con el título “tramo rítmico palladiano”.

El éxito del artista en la Basílica contagió a las familias adineradas de Vicenza, que solicitaron a Palladio la construcción de sus palacios y mansiones campestres. El resultado convirtió a la ciudad en un glorioso museo de edificios palladianos, y de villas admirables en la campiña vicentina y en ciudades cercanas. Muestra de ello son el “Palacio Chiericati” (1551-1553) y el proyecto del “Teatro Olímpico” (1580). En este último Palladio resucita el esplendor y la monumentalidad de los mejores teatros del mundo grecorromano, tanto en la cávea coronada por una suntuosa tribuna con columnas y estatuas, como significativamente en el lujoso escenario (grandioso arco triunfal poblado de estatuas con tres vanos). Se trata de un Manierismo avanzado.

  • VILLA CAPRA (1567-1569)

También conocida como por “La Rotonda”. Las villas ideadas por Palladio responden a dos necesidades: ser lugares de ocio y a la vez centros productivos. La Villa Capra posee una adaptación de cuatro pórticos de templos romanos con escalinatas a un salón central cubierto por cúpula inspirado en el Panteón de Agripa. Posee frontones y estatuas como acróteras y pinturas en el interior. Integra los patrones clásicos con la sensibilidad moderna.

La imitará, con un solo pórtico de orden jónico, la “Villa Foscari” (1560).


  • VILLA BÁRBARO (1551-1558)

Es el testimonio de la granja o centro de explotación agrícola, donde los patricios buscaban fortuna como colonos y terratenientes, La decadencia de la república veneciana en el comercio mediterráneo, aconsejaba a los aristócratas y burgueses invertir en antiguas posesiones baldías. En ella Palladio diseñó un cuerpo central de viviendas y dos alas para incluir almacenes, establos, bodegas y graneros, creando una estrecha fachada.

También destacan algunos de sus templos en Venecia:

  • IGLESIA MONUMENTAL DE SAN JORGE EL MAYOR

Logra insertarse en el paisaje y en las islas de la ciudad de los canales. Predomina el empaque clásico unido a aperturas manieristas. También añadió un claustro. Dispone de tres naves y una cúpula sobre el crucero, más baja que el campanille.

  • REDENTOR (1577)

Limpio diseño de fachada en que se suceden hasta tres tímpanos clásicos alzados sobre columnas de orden gigante.


En 1570, Palladio publicó en Venecia “Los cuatro libros de arquitectura”, dedicados respectivamente a los órdenes, los edificios domésticos, los edificios públicos y los templos. Tendrán una enorme repercusión en toda Europa, convirtiéndose en el breviario de los arquitectos neoclásicos.