LA PINTURA BARROCA EN ITALIA. EL NATURALISMO Y LOS PROBLEMAS DE LA LUZ: CARAVAGGIO. EL CLASICISMO EN LOS FRESCOS DE LOS CARRACCI.

LA PINTURA BARROCA EN ITALIA. EL NATURALISMO Y LOS PROBLEMAS DE LA LUZ: CARAVAGGIO. EL CLASICISMO EN LOS FRESCOS DE LOS CARRACCI.

El Barroco es el periodo del arte comprendido entre los años 1600 y 1780, nacido en Roma a partir de las formas del Cinquecento. Este estilo fue la expresión propagandística del absolutismo monárquico y de la Iglesia de la Contrarreforma, que lo utilizaron como manifestación de grandeza.

1- CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA PINTURA BARROCA

Interés por los efectos lumínicos. Perfección en el uso del claroscuro.
Predominio del color sobre el dibujo.
Composiciones complejas y representación del movimiento.
Los principales soportes son la tela y el muro.
Gran naturalismo.
Decoración ilusionista (pintar paredes, cúpulas, etc.) con la intención de desmaterializarla.
Difusión del bodegón (pintura de objetos cotidianos), que se suma a los géneros pictóricos tradicionales.

La luz es la gran protagonista, que da una iluminación teatral, volumen, habla, sugiere, resalta unas zonas y deja otras en penumbra (claroscuro y Tenebrismo). Las técnicas más utilizadas son el óleo sobre lienzo, con una pincelada suelta, rica y llena de matices, y la pintura mural al fresco. Las composiciones son abiertas, con escorzos, líneas diagonales, curvas y líneas centrífugas.

Muchas obras están dotadas de gran teatralidad y en ellas el pintor juega con el espectador haciéndole partícipe del cuadro. Predominan los interiores y prescinden del paisaje. Los temas más representados son religiosos, mitológicos, retratos, bodegones y naturalezas muertas. Se capta lo instantáneo, los sentimientos y las pasiones. Se busca el Realismo mediante el naturalismo: la realidad se acepta tal como es, con imperfecciones.

2- ITALIA

2.1 EL NATURALISMO Y LOS PROBLEMAS DE LA LUZ (EL TENEBRISMO)

El Tenebrismo fue iniciado en Italia por Caravaggio. Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio en alusión a su ciudad natal, se formó como pintor en Roma. Su intensa actividad pictórica se alternó con una vida intensa y turbulenta. Fue pintor de vida agitada y obra rebelde. Legó a las generaciones posteriores el uso de la técnica del claroscuro para dar gran dramatismo a la escena representada, y también la plasmación realista, ajena a toda idealización, de temas religiosos (que desacralizó y representó como dramáticos momentos de la vida cotidiana. Su espíritu rebelde lo alejó de las convenciones pictóricas en pro de un estilo personal.

Michelangelo Merisi nace en Caravaggio en 1573. Quedó huérfano muy joven, por ello abandona su hogar para ir a Milán, y hacia 1589-90 se traslada a Roma. Observa todo lo que le rodea y ansía plasmarlo en sus obras de un modo fiel a la realidad. Se decanta por el empleo de un foco de luz para ir modelando plásticamente las figuras representadas en su pintura. Por medio de hábiles golpes de luz sabe resaltar las partes más elocuentes, mientras que el resto permaneció en penumbra. Este modo de iluminación caravaggiesca tendrá mucha influencia en el Barroco.

Las atmósferas de luz y tiniebla envuelven escenarios muy realistas. Caravaggio se inclina por la representación de los aspectos más crudos de la realidad. Este rasgo fue muy criticado en su tiempo, pues la sociedad no estaba preparada para aceptar algo tan revolucionario. Hasta entonces lo que había primado era la idealización. Era inconcebible el representar a personajes bíblicos despojados de toda majestuosidad. Cuando Caravaggio eligió como modelo de María, en la obra “La muerte de la Virgen”, a una mujer ahogada en el Tíber con el rostro hinchado y el vientre abotargado, se consideró como una burla al cristianismo.

El Tenebrismo es una contribución pictórica de trascendencia universal. Influye en la producción pictórica de autores como Guido Reni, Rembrant, Zurbarán, Murillo o Velázquez. A diferencia del arte realizado hasta el momento, se manifiesta la posibilidad de representar objetos tal y como son en la realidad: la hoja seca, la manzana agusanada, sin tratar de alterar los colores y aspectos de la naturaleza.

Caravaggio encuentra en el Cardenal Francesco María del Monte a su primer protector, quien, encantado con su pintura, compra algunas de sus obras y lo coloca en un entorno cultural mucho más estimulante. En este periodo el pintor realiza obras maestras como “Cabeza de Medusa”, “San Juan Bautista”, “El amor vicioso” y “Judith y Holofernes”. Con “La vocación de San Mateo” comienza la trama estilística de Caravaggio, expresada en el informe de la luz y la sombra, que después se desarrollará a trabajos posteriores. El corte de la luz lleva el ojo del espectador de derecha a izquierda. Los personajes son representados con ropas de época; la luz, luz suave que proviene de una ventana, es el elemento que caracteriza toda la obra. El último cuadro de su etapa romana fue “La muerte de la virgen”, claro exponente de su estilo tenebrista. En ella utilizó, junto al claroscuro un segundo componente para acentuar el dramatismo: el color. El pintor optó por una paleta de color saturado y usó una gama oscura.

El carácter pendenciero y violento del artista lo lleva a matar a un hombre durante una pelea en Roma en la que el propio Caravaggio resultó herido. Un tribunal romano lo condenó a morir decapitado, aunque consigue huir a Nápoles. A partir de aquí aparecen en su pintura, de manera obsesiva, la imagen de ejecutados con la cabeza cortada. Entre 1606 y 1607 vive en Nápoles, trabajando en “Los siete actos de la Misericordia” y “La flagelación de Cristo”.

En 1608 el pintor estuvo en Malta, donde fue nombrado Caballero de la ciudad, una situación que supondría su rehabilitación después de la vida salvaje y escapar de la injusticia. En Malta realizó su mayor lienzo, “La decapitación de Juan el Bautista”. La escena representada es muy básica. Representa un ambiente sórdido, con colores apagados.

Fue detenido por una lucha con un caballero superior, y al ser descubierta la sentencia de muerte que pesaba sobre él, Caravaggio fue encerrado en la prisión de San Ángel en la Valetta, de la que logró escapar. En Siracusa, donde se refugia, pinta “El entierro de Santa Lucía”. En esta obra, como en las que realiza posteriormente en Messina, “La resurrección de Lázaro” y “Adoración de los pastores”, confirma su tendencia a la utilización de grandes telas. En 1609 Caravaggio regresa a Nápoles. Allí atormentado por la visión de su decapitación, realiza obras como la que muestra a David con la cabeza cortada de Goliat, y la de Salomé con la cabeza de Juan el Bautista.

En 1610, en la playa de Port' Ercole, donde esperaba un barco para regresar a Roma para volver a escapar de la justicia, fue detenido y encarcelado, perdiendo todos sus bienes. Murió el 18 de julio de ese año en esa misma playa, parece ser que víctima de una enfermedad contagiosa. Aún no había cumplido los 39 años.

2.2- EL CLASICISMO EN LOS FRESCOS DE LOS CARRACCI.

A finales del siglo XVI Italia conocerá la obra de dos artistas, polos opuestos, que van a imprimir carácter a la pintura italiana y europea de la primera mitad del siglo XVII: Caravaggio y Anibal Carracci (1560-1609). El primero, del que ya hemos hablado en el punto anterior, es el padre del naturalismo. El mayor reproche que se hizo a esta pintura en su tiempo fue que representaba lo cotidiano y que les faltaba lo ideal. La pintura de Carracci, en cambio, fue aceptada desde el primer momento por las clases sociales más acomodadas porque supo expresar la belleza con nobleza y grandilocuencia. Para Caravaggio todo lo real era digno de ser representado: la belleza y la fealdad, lo agradable y lo repugnante, lo armonioso y lo deforme; para Carracci no todo lo real debía ser representado: el artista debía corregir la naturaleza, abstrayendo de ella las irregularidades e imperfecciones, y representando las cosas no como eran sino como deberían ser.

En 1585 se inauguró en Bolonia la primera Academia de Bellas Artes dedicada a la pintura, modelo de la que surgirán las instituciones oficiales a partir del siglo XVII. Esta escuela fue fundada por Ludovico Carracci y sus primos Agostino y Annibale. Alcanzó gran renombre. Los estudiantes en ella además de estudiar dibujo y pintura, tenían que cursar literatura, filosofía, historia y otros conocimientos de cultura general. Para estimular a los discípulos se convocaban concursos artísticos. Al concebir la pintura como algo ligado a lo intelectual, no es de extrañar que de la Academia saliesen hombres ilustrados, pero rara vez verdaderos artistas.

Annibale o Aníbal Carracci fue el principal representante de esta escuela, conocida como eclecticismo o clasicismo pictórico. Las principales características de su pintura serán:

Se le considera ecléctico por reunir lo bueno y más representativo de cada maestro del siglo XVI: la terribilitá y la fuerza muscular de las anatomías de Miguel Ángel; el sobrio dibujo, el equilibrio y la simetría compositiva de Rafael; el color y el desnudo de Tiziano y de la escuela veneciana; la elegancia y la sensualidad de Correggio.
Estudiaba las composiciones con gran rigor. Basándolas en esquemas geométricos, ordenados y equilibrados.
Nunca pretendió que sus personajes conmocionaran al espectador, de ahí que el movimiento y la expresividad fueran mesurados. Constaba de la serenidad y majestuosidad de la escultura clásica.
Utilizaba la luz uniforme y una entonación suave y armoniosa, rechazando contrastes y estridencias, como corresponde a una pintura reflexiva y no sensitiva.
Su técnica se basaba en el dibujo.

Sus primeras obras, hasta 1895, reflejan costumbrismo y hasta naturalismo. A esta etapa corresponden obras como “La carnicería” y “El comedor de alubias”, entre la caricatura y la escena de género.

Carracci también trabajó en obras religiosas y mitológicas por influencia de su primo Ludovico y de su hermano Agostino. De 1588 a 1590 residió en Venecia donde recogió de Tiziano tanto el sentimiento religioso como el amor por el desnudo y lo pagano. Fruto de este eclecticismo en estos años son obras con las que gana fama y clientes: “Madonna de San Lucas”, “Asunciones de la Virgen”, “Venus, Sátiro y Cupido” y “Venus y Adonis”.

Entre 1595 y 1605 realizó los “Frescos de la Galería del Palacio Farnesse”, en Roma. Allí entró en contacto con la obra de Rafael y Miguel Ángel. Su influencia se aprecia notablemente en esta obra. En la gran galería del palacio desarrollara un programa iconográfico de tema simbólico. Bóveda, muros y testero aparecen divididos en recuadros en los que se insertan narraciones mitológicas separadas por figuras y medallones que recuerdan a la Capilla Sixtina. Alcanzará la categoría de obra maestra por su tremenda repercusión como modelo de decoración palaciega. El conjunto viene a representar la idea general del triunfo del amor divino sobre el humano, expresado a través de diversos temas de mitología. El cuerpo central está ocupado por el “Triunfo de Baco”. El tema mitológico es el pretexto para realizar de forma sensual y lleno de pagana alegría, un canto a la excelencia de la voluptuosidad como en pocos años hará Rubens.

Sus últimas obras, y en especial la “Decoración de la capilla del Palacio Al dobrandini”, “La huida a Egipto” y “El entierro de Cristo”, suponen el inicio de la corriente barroca del paisaje clasicista, que ordena y organiza de forma racional los datos de la realidad, haciendo que resulten simples, bellos y en reposo. Sus personajes contemplan la naturaleza, descansan o se afanan en su oficio. El tema narrativo es secundario.

En 1609, falleció en Roma, pero su huella se dejó sentir en Italia y en el resto de Europa. Seguidores importantes de Carracci en Italia fueron pintores como Guido Reni y el Guercino. También influyó en pintores franceses como Poussin y Claudio de Lorena, y en flamencos como Pedro Pablo Rubens.