LA GRAN IMAGINERÍA: CASTILLA Y ANDALUCÍA. MURCIA

LA GRAN IMAGINERÍA: CASTILLA Y ANDALUCÍA. MURCIA

Mientras el Estado y la nobleza vivían tiempos de decadencia, los monasterios, parroquias y cofradías gozaban de una situación económica holgada que les permitió convertirse en los principales comitentes de obras escultóricas de la época. En España el Barroco coincide con el Siglo de Oro.

La escultura barroca española se caracteriza por su realismo, su temática religiosa y el empleo de la madera policromada. Por su creatividad hay cuatro focos artísticos que merecen ser destacados: Valladolid, Sevilla, Granada y Madrid.

En la época del Barroco, la Contrarreforma necesita de vehículos de expresión para despertar el fervor del pueblo y hacerle llegar los principios del Catolicismo. Es una época en la que se produce un gran auge de las procesiones de Semana Santa. La gran imaginería resultará muy apropiada para todos estos fines. La iglesia encargará todo tipo de imágenes devocionales: esculturas exentas, retablos, sillerías de coro, pasos procesionales. Por lo tanto, la escultura barroca es básicamente de temática religiosa, aunque también podemos encontrar sepulcros, retratos y temas mitológicos en jardines y fuentes. Se emplea la madera policromada y el mármol, y destaca el dinamismo, la luminosidad, el realismo y la expresividad de las figuras humanas.

Encontramos diferentes escuelas:

1- LA ESCUELA CASTELLANA

Es realista, expresiva, trágica y dura. Muestra el dolor y el patetismo. La figura clave en los inicios de la escuela vallisoletana fue Francisco del Rincón. Entre sus colaboradores tuvo a Gregorio Fernández, el representante más importante de este foco artístico.

Gregorio Fernández destaca por su realismo, por sus ropajes, por la policromía, ya sin la técnica del estofado. Las obras más importantes de Gregorio Fernández fueron:

  • Cristo atado a la columna. Representado con las manos descansando sobre la columna baja, y con una expresión de dolor muy real.
  • Cristo de la luz: crucificado, con tres clavos. Cristo ya está muerto, y se refleja el dolor y el sufrimiento.
  • Cristo yacente: tipo iconográfico creado por él, y que repitió en otras ocasiones. Realismo patético, con abundancia de sangre.
  • Piedad (1616). Talla de madera policromada. La figura de María sedente sostiene sobre una de sus rodillas el cuerpo inerte de Cristo, que parece resbalar. De esta manera, el escultor rompe con el esquema piramidal de “La Piedad” de Miguel Ángel y prima las líneas diagonales y la asimetría, tan propias de la sensibilidad barroca.

2- LA ESCUELA ANDALUZA

Es menos hiriente y más serena. También es realista, y destaca por el clasicismo y por la elegancia.

2.1- JUAN MARTÍNEZ MONTAÑEZ Y LA ESCUELA SEVILLANA

Tras el descubrimiento de América, Sevilla adquirió gran importancia económica, lo que originó la presencia de numerosos escultores. Juan Martínez Montañez consolidó y difundió la escuela sevillana. Alonso Cano, aunque pertenecía a la escuela granadina, desempeñó un papel determinante en la escuela sevillana del segundo tercio de siglo.
Las obras de Juan Martínez Montañez se caracterizaban por su realismo y belleza. Evoluciona hasta el realismo barroco. Destaca en el modelado, los ropajes y el empleo del estofado. Su “Cristo de la Clemencia” (Crucificado) aparece casi sin notas sangrientas. La representa aún vivo y con una gran perfección anatómica. “La Inmaculada” es una estatua de la Virgen idealizada, representada sobre nubes con ángeles mirando hacia abajo. Emplea en ella la técnica del estofado. Preside el retablo de la Concepción de la Capilla de los Alabastros de Sevilla. Es conocida como “La Cieguita” por sus ojos entrecerrados. Refleja un barroquismo cada vez más intenso, que acentúa el dinamismo y los contrastes lumínicos. Sus amplios ropajes le confieren solidez y volumen.

2.2- ALONSO CANO

Inició su formación con su padre, Miguel Cano. Completó su educación en Sevilla, donde fue aprendiz de su padre, Miguel Cano. Completó su formación en Sevilla, donde fue aprendiz de pintor en el taller de Francisco Pacheco y, probablemente discípulo de Montañez. En 1683 fue llamado a la Corte y disfrutó de la protección del Conde duque de Olivares. Alonso no utiliza ni el oro ni el estofado, sino que emplea colores puros. Tiene gran expresividad en rostros y actitudes, por un mayor dinamismo y por la búsqueda de la perfección. Su “Inmaculada del facistol” es esculpida con rostro clásico, muy joven y mirando hacia abajo, con las manos en actitud piedosa. Lleva un manto azul sin estofado. Sus pies se apoyan sobre nubes y ángeles. Fue encargada para el facistol del coro de la Catedral de Granada, pero pronto fue trasladada a la sacristía para favorecer su contemplación. Fiel a la iconografía andaluza, está representada con la apariencia frágil y delicada de una niña. El delicado giro de la cabeza y la disposición lateral de las manos rompen la simetría habitual y potencian su exquisita gracia. Alonso Cano fue el fundador de la Escuela de Granada, cuyo máximo representante fue su colaborador, Pedro de Mena.

2.3- PEDRO DE MENA

Desde niño, trabajó en el taller de su padre, Alonso de Mena. Allí conoció y dominó el lenguaje expresivo y realista de la escuela sevillana. Mena partió del estudio de las obras y de artistas castellanos para después simplificar las formas y volúmenes de sus figuras y dorarlas de un fuerte contenido espiritual. Sus obras son imágenes aisladas, con las que definió una iconografía devocional de gran éxito.

Se trasladó de Granada a Málaga tras recibir el encargo de finalizar la imaginería del coro de la Catedral. Aquí evolucionó artísticamente hasta crear un estilo personal con modelos iconográficos propios.

“La Magdalena penitente” está considerada, junto al “San Francisco” que se conserva en el tesoro de la Catedral de Toledo, como una de las mejores estatuas del maestro, que combina en sus obras el virtuosismo técnico, hondura espiritual y una esmerada atención al detalle. Magdalena simboliza el arrepentimiento, tema muy importante para la Iglesia católica, sobre todo después del Concilio de Trento. La “Magdalena penitente” de Pedro de Mena se muestra tan arrepentida como bella, y sirvió para que el escultor creara un arquetipo de imagen que luego fue reproducido hasta la saciedad. Realizada en madera de cedro, su figura es de tamaño natural. Es una imagen que conmueve e impresiona al espectador. Es una imagen llena de sensibilidad, emoción y realismo.

2.4- JUAN DE MESA

Su escultura destaca por el dramatismo y la violencia expresiva. Una de sus obras más importantes fue “Jesús del Gran Poder”. Es una escultura de Cristo llevando la cruz, con patética expresión de cansancio y dolor.

3- LA ESCUELA MURCIANA

La escuela murciana es conocida gracias a Francisco Salcillo, nacido el 12 de mayo de 1707. Fue inspector de la inquisición de pinturas y esculturas religiosas en el distrito de Murcia. En 1755 el Ayuntamiento lo distinguió con el título de escultor y modelista de la ciudad.

Su numerosa obra está repartida por las provincias de Murcia, Alicante, Albacete y Almería. Las características formales de la escultura de Salzillo son: sólo trabajó la temática religiosa, y casi exclusivamente la madera policromada. Representa las figuras en movimiento, con gran expresividad (principalmente en rostros y manos) y renuncia al dramatismo en favor de una belleza ideal. Es común que la mano izquierda esté dispuesta sobre el pecho y la derecha extendida. Los ropajes presentan pliegues abundantes y dota a las figuras de espiritualidad y misticismo.

Por lo que es más conocido es por sus pasos de Semana Santa. En ellos representa grupos de figuras que van narrando la Pasión de Cristo a los fieles. “La Oración en el Huerto” es su obra más importante. Es un grupo realizado en madera policromada.