EL QUATTROCENTO ITALIANO. ESCULTURA: DONATELLO Y GHIBERTI

EL QUATTROCENTO ITALIANO. ESCULTURA: DONATELLO Y GHIBERTI

1- LORENZO GHIBERTI. FLORENCIA, 1378-1455.

Es un orfebre que entusiasmaba al público por su impecable factura y melodioso ritmo. Su gran apego a la tradición gótica del siglo XIV, al virtuosismo técnico, a la ondulación de los pliegues y a la delicadeza con la que talla los detalles, hará que en 1401, gane el concurso público para construir las “SEGUNDAS PUERTAS DEL BAPTISTERIO DE LA CATEDRAL DE FLORENCIA”, superando a un competidor de la talla de Brunelleschi. Se tuvo que adaptar al modelo gótico establecido en 1336 por Andrea Pisano, cuando realizó las “Primeras Puertas” del edificio. Por ello, Ghiberti tuvo que fragmentarlas en 28 tréboles de 4 hojas y desarrollar en estos compartimentos 20 escenas del Nuevo Testamento más ocho imágenes de los evangelistas y doctores de la iglesia, que sitúa en el zócalo.

Aunque el MODELADO EXTRAORDINARIO con escenas en las que tanto la PERSPECTIVA ARQUITECTÓNICA como la construcción de los cuerpos consigue efectos de una gran expresión plástica, acentuados por la LUZ QUE DEFINE LOS VOLÚMENES, y como RECUERDOS EVIDENTES DE LA ANTIGÜEDAD (vestimenta, gestos, modelos grecorromanos en algunos personajes desnudos, etc...), los relieves de Ghiberti SE AJUSTAN AÚN AL ARTE MEDIEVAL de Andrea Pisano (valorar la figura frente al vacío del entorno, la figura humana es la que concreta el espacio y su carga de espiritualidad y simbolismo).

Después de este proyecto las autoridades florentinas le brindaban las “TERCERAS PUERTAS O PUERTAS DEL PARAÍSO”, que superaban ya la asimilación de planteamientos clásicos. Los cambios afectaban al diseño, al tratamiento técnico del relieve y a la fuentes de inspiración. En la subdivisión de las hojas prescinde de las pequeñas casillas lobuladas y opta por diez espacios cuadrados, que le permiten tratar con mayor amplitud las escenas del Antiguo Testamento. En estos relieves el escultor introduce como fondos escenográficos de las composiciones paisajes y arquitectura de tipo clásico que, aunque concebidas bajo el conocimiento de la invención brunelleschiana de la perspectiva, no llegan a crear un eje inmóvil en que coincidan todas las líneas del cono visual, sino que obedecen al principio medieval del punto de vista variables que Ghiberti llama “región del ojo”. Además de este recurso como medio para articular un espacio “natural”, la técnica del relieve se adapta para subrayar este sistema de representación disminuyendo el tamaño de las figuras de manera gradual a medida que se alejan del punto de visión, destacando con más relieve las figuras que se hayan en primer término. Finalmente, en los marcos con reproducciones de esculturas griegas y festones de flores, frutas y animales, muestra el respeto con que el nuevo arte observaba la Antigüedad y la naturaleza. La inauguración de este suntuoso conjunto se efectuó en 1452 y, entre los elogios que recibió, vale la pena destacar el de Miguel Ángel, que consideró las puertas dignas de figurar a la entrada del Paraíso.

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Pero Ghiberti también labró estatuas independientes. Los gremios de Florencia habían decidido decorar la fachada de su Capilla de Or San Michelle con catorce hornacinas en las que figuraran sus santos patronos y, entre 1414 y 1419, cincela las imágenes de San Juan Bautista y San Mateo, titulares de los tejedores de lana y de los operarios de la casa de la moneda. En sus formas y expresiones vuelve a dar muestra de la gracia y de la dulzura, belleza ideal ante la que reaccionará Donatello.

2- DONATO DI NICCOLO, DONATELLO. FLORENCIA, 1386-1468.

Fue el escultor más influyente del siglo XV y uno de los autores que contribuyeron a la definición del nuevo lenguaje a través de la escultura. Su contemporáneos lo consideraban un genio, y la crítica posterior lo equipara con Miguel Ángel y Bernini.
En sus obras se distinguen tres características:

El dominio sobre las técnicas y los materiales.
La profundidad psicológica con la que expresaba los sentimientos humanos.
Su imaginación para definir el púlpito, el altar, la tumba, la cantoría y el monumento ecuestre del Renacimiento.

En cuanto a las etapas de su producción se advierte:

Una fase inicial de adolescencia y madurez en Florencia (1404-1443). Discurre desde una liberación de los convencionalismos del gótico internacional hacia la definición de un nuevo clasicismo.
Su estancia en Padua entre 1443 y 1453.
El posterior regreso a Florencia, donde desarrolla un arte expresivo y nervioso, que subvierte los valores formales del idealismo clasicista y que ha sido calificado como “el primer estilo de la ancianidad que se conoce en la Historia del Arte”.

Tras viajar a Roma con Brunelleschi en los umbrales del siglo y aprender los secretos de la fundición del bronce en el taller de Ghiberti, los primeros trabajos de Donatello en Florencia son estudios psicológicos destinados a decorar los principales edificios góticos de la ciudad:
  • “Apóstoles para la puerta de la Mandorla de la Catedral”.
  • “Profetas para los nichos del Campanile”. Las imágenes de los profetas muestran un sentido trágico de la vida. Están envueltos en pobres ropajes y tienen un potente tratamiento.
  • “Patronos gremiales para la Capilla de Or San Michele”. Uno es el evangelista San Marcos, donde representa el ideal del ser humano serio, honesto y responsable. El otro santo protector es el enérgico “San Jorge”, para los espaderos y fabricantes de armaduras, que concluye en 1417. La imagen desprende vitalidad, y Vasari, gran teórico del Renacimiento, elogia la potencia expresiva de la cabeza y la postura marcial de la imagen. Más original, si cabe, resultarán las novedades técnicas que incorpora al relieve de “La muerte del dragón”, situado bajo sus pies. Donatello simultaneaba aquí por primera vez la perspectiva lineal con el “Schiacciato”, consistente en graduar la composición mediante una sucesión de planos aplastados, que prestan efecto pictórico al conjunto. Este “Schiacciato” (aplastado) de Donatello se convirtió en el característico bajorrelieve renacentista. Las figuras del primer plano se realizan con un relieve mayor con respecto a las figuras que en la escena representada, quedaría en segundo plano. Es una cuestión de milímetros, con lo que se sugiere la idea de profundidad. Donatello mantiene esta convención, pero reduce el espesor del plano ideal en el que se realiza el proceso, o sea “aplasta” los planos de composición uno contra el otro, creando una atmósfera resuelta a través de la superposición de capas finísimas. 
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A continuación se asocia a Michelozzo, componiendo un equipo artístico que dará forma a la tumba y al púlpito. El tipo de MONUMENTO FUNERARIO responde a un esquema muy simple: consiste en adosar a la pared un arco de triunfo romano y superponer en su interior, de abajo a arriba, el sarcófago sostenido por Virtudes, la inspiración conmemorativa que alude a la forma del difunto y un fondo con la imagen de la Virgen. Destacarán la “Tumba del antipapa Juan XXIII” (1424-27), en el Baptisterio de la Catedral de Florencia y la del “Cardenal Rainaldo Brancacci”.


La predicación pública que realizaban en calles y plazas los franciscanos y dominicos aconsejaba la construcción de púlpitos al aire libre. En 1428, Donatello y Michelozzo contratan el de la Catedral de Prato. Dos son las novedades que presenta: en primer lugar, la plataforma está colgada de la pared en vez de apoyarse sobre una columna con base en el suelo; y en segundo término, el antepecho se decoraba con relieves de niños danzantes, los “putti”, que a partir de ahora se convertirá en un motivo imprescindible del vocabulario ornamental renacentista (aspecto alegre y caprichoso).

En 1443, disuelta su sociedad laboral con Michelozzo, Donatello realizará su obra más dinámica, la “Cantoría” o tribuna de los niños cantores de la Catedral de Florencia. Esta arquitectura suspendida, destaca por la ternura infantil, dinamismo, expresividad, fantasía y libertad.

Su siguiente apuesta plástica se centra en el altar de piedra o bronce, que va a sustituir en el arte italiano al retablo de madera policromada, y en 1440 realiza el tabernáculo de la “Capilla Cavalcanti, en la iglesia de Santa Croce de Florencia”, en la que representa el tema de la Anunciación.

Antes de abandonar Florencia, exalta la belleza ambigua en el cuerpo del adolescente en el “David”, del Palacio de los Médicis. Esta obra es considerada como la primera figura desnuda fundida en bronce desde la Antigüedad Clásica. Su cuerpo está probablemente estudiado del natural, copiado de aquellos muchachos florentinos que se bañaban en el Arno. Destaca el suave modelado de sus formas y la serenidad. Gracia no exenta de melancolía.

Donatello llega a Padua. Cuenta con 58 años y gran éxito en toda Italia. Durante la década que permanece en esa ciudad realiza los espectaculares bajorrelieves con los “Milagros de San Antonio” para el altar mayor del santo. Constituye el triunfo absoluto del Schiacciato. Asimismo labró un segundo monumento que propaga su fama por toda Europa: la estatua ecuestre del caudillo Erasmo de Nomi, el “Gattamelata”. En ella resucita el modelo romano del emperador Marco Aurelio a caballo que había visto y estudiado en Roma. Más que un monumento conmemorativo de la gloria del héroe, era un monumento funerario. “El Gattamelata” era un capitán de fortuna, un condotiero, que había defendido los intereses de la República de Venecia frente a Milán. En su testamento dispuso que se le enterrara en Padua y el senado veneciano le cedió la plaza del Santo y encargó a Donatello una colosal imagen que le sirviera de sepultura. Levantada frente a la Basílica de Padua, y sobre un basamento de dos pisos de relieves insertados, la escultura representa un instante del cabalgar del mercenario montado sobre un recio caballo que alza una de sus patas delanteras. El condotiero que gobierna el caballo y que encabeza un imaginario ejército, viste a la antigua. Su rostro adquiere la dignidad del retrato conmemorativo romano y mira de frente, desafiante y con energía. El artista conjuga el naturalismo del caballo, sus arreos y la armadura clásica con la expresión abstracta del militar, en cuyo rostro se resume la idea de la virtud. El Gattamelata es el reconocimiento más profundo de Donatello al arte antiguo, tanto por la temática como por el clasicismo de sus formas, pero al mismo tiempo es una de sus obras que más honda huella dejó en el arte posterior. 

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 Ya anciano, Donatello volvió a Florencia, donde pasó sus últimos años y realiza aún más obras importantes. En ellas el escultor parece dudar del ideal humanista exaltador de la figura humana y crea un mundo de imágenes que testimonian la “crisis religiosa anti-humanista” que se avecinaba en Florencia. De este momento es la “Magdalena Penitente”, de madera policromada, que parece negar la belleza renacentista. Está fechada en 1454, un año después de caer Constantinopla en manos de los turcos, e inicia un conjunto de obras dramáticas que anticipaban la angustia transmitida por el Miguel Ángel en su repertorio final de Piedades.

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