CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ESCULTURA GRIEGA.

1. INTRODUCCIÓN

Para los griegos, la escultura era una de las actividades más importantes de la expresión artística. Los ideales del pueblo griego brillan en la escultura. Sus creaciones señalan una de las cimas de toda la historia del arte.  

Evoluciona de forma clara, lenta, pero perceptible a lo largo de los siglos. Si la simetría y la frontalidad son elementos importantes en la escultura arcaica, romperán ambas reglas con el tiempo y dotarán a las figuras de una movilidad y expresividad admirables. La escultura evolucionó desde la primera etapa donde predominan las figuras esquemáticas, pasando por un realismo idealizado típico de la época clásica, hasta llegar al arte realista de la etapa helenística.

Los escultores plasman en la figura humana sus concepciones de belleza física y equilibrio espiritual. la búsqueda de la belleza se basa en la proporción y en el equilibrio de las partes (canon), como sucedía en arquitectura. La belleza lleva a una anatomía armoniosa, que idealiza el cuerpo humano. La expresión, como exteriorización de los sentimientos, acompañará a estos cuerpos. Hay una fusión entre la vertiente espiritual del hombre y su fachada física.

El movimiento es otro objetivo de la escultura. En los ángulos de los frontones los artistas aprenden a doblar la figura o a relacionar dinámicamente los grupos.

Otro rasgo importante de la escultura griega es el naturalismo. Ya desde el siglo VII a. C intentan imitar en sus obras la realidad (mímesis). El realismo debía alcanzarse por medio de la razón y la experiencia. Como consecuencia se intenta reproducir la naturaleza, y en ella está incluida el ser humano. Posteriormente este realismo dará paso a una clara idealización.

Las esculturas en piedra estaban policromadas, aunque la mayoría de los colores se han perdido.
  

2. TEMÁTICA: 

La escultura griega está fundamentalmente basada en el estudio del cuerpo humano, y  es figurativa. La temática de la escultura griega (tanto en bulto redondo como en relieve) la podríamos clasificar así: 

Dioses y diosas (antropomorfizados), bien aislados, o bien formando grupos. 

Atletas vencedores de los juegos diversos que había en Grecia.

Escenas mitológicas.

Leyendas de los héroes de la antigüedad griega.

Monumentos conmemorativos.

En época helenística se alcanza un naturalismo pleno, representándose escenas que se llenan de pasión, dolor, violencia, fealdad, patetismo... En esta etapa surgen nuevos temas como el retrato. El interés de los artistas se sigue centrando en la anatomía, con representaciones de fuerte claroscuro, y gran dramatismo y belleza a la vez.


Por otra parte, lo que podríamos llamar arte decorativo -cerámica, relieves de toda clase, figurillas de metal o terracota- se reduce a un papel secundario.


3. MATERIALES:

 La mayoría de las esculturas son de piedra y especialmente de mármol. Desgraciadamente, se han perdido los colores de esta escultura griega (en bulto redondo o en relieve). No sólo las vestiduras, los cabellos, los ojos y labios estaban pintados, sino que algunos detalles, como bordados o diversos accesorios del traje, no se indicaban más que por la pintura. Las carnes recibían un tratamiento especial a base de ceras claras. Esta viva policromía hacía a la obra plástica más alegre e inteligible.

 
El bronce era el material favorito para realizar estatuas exentas. Pero las obras que han sobrevivido están hoy fuertemente oxidados, aunque los antiguos impedían su formación mediante limpiezas frecuentes. El color propio de los bronces era el del metal brillante. En los ojos incrustaban una pasta de vidrio; los labios se recubrían de una hoja de cobre rojo; los dientes con frecuencia eran representados por una plaquita de plata cincelada. Todos estos efectos (postizos), que han desaparecido, intentaban conferir a la estatua una especie de policromía de tendencia realista.
La técnica más preciada era la criselefantina (oro y marfil), reservada a la divinidad.
EL principal problema de la escultura griega es la falta de obras originales. Quedan pocos mármoles de los siglos V y IV, si se exceptúan los relieves monumentales: frontones, metopas y frisos. Ante la carencia de originales, la escultura griega es conocida por copias de mármol de época romana, cuando los Césares y los miembros de la aristocracia imperial mandaban reproducirlas para adornar sus palacios, villas, temas, etc.


4. TÉCNICAS: 

 
Unas veces la operación consistía en disminuir con el martillo el bloque de mármol hasta lograr un volumen aproximado al de la estatua deseada, basándose en la medida prefijada en el bloque. Otras veces usaban modelos o plantillas incisas a cincel en el bloque de mármol. En el bulto redondo la elaboración se desplegaba al mismo tiempo en todos los lados, cortando capas sucesivas de mármol, con el fin de mantener constantemente la proporción del boceto. Con el escalpelo y el cincel terminaban la escultura. En el helenístico aparece el reticulado, que permite la determinación mecánica de las proporciones de la estatua. La obra se realiza por zonas, pudiendo aparecer partes ya terminadas junto a otras sólo esbozadas.
La técnica para fundir los bronces era en, la época clásica, la de la cera perdida. Primero se hacía un soporte con un modelado ya aproximado de la escultura que se deseaba realizar. Sobre él iba la cera, donde ya se acababa el modelado, la talla y las incisiones. La cera se recubría de una mezcla de ladrillo, yeso y agua, para formar una pasta porosa. Se echaba el bronce fundido, que ocupaba la capa de cera. Se remataba la obra ya con el cincel. En el período helenístico la técnica experimenta una variación. Las esculturas en bronce se hacían por piezas separadas, que después eran soldadas con clavos. Se acababa la obra con el buril, con el que se ocultaban las soldaduras de las partes. 


Los cuatro períodos arqueológicos que tras un prolongado silencio artístico siguieron al micénico se distinguen del siguiente modo:

  1. El período de formación, desde aproximadamente el 620 a. C. al 540 a. C.
  2. El período arcaico, desde el 540 a. C. al 460 a. C.
  3. El período de perfección o clásico, hasta finales del siglo IV a. C.
  4. El período de difusión, que algunos llaman de decadencia, después de Alejandro Magno hasta la conquista de Grecia por Roma, de 323 a. C. a 146 a. C.